Descripción
El tulipán, procedente de la actual Turquía, donde tenía connotaciones sagradas y adornaba los trajes de los sultanes, fue introducido en los Países Bajos en 1559. De hecho, la palabra «tulipán» procede del francés turban, deformación del turco otomano tülbent, que significa turbante.
El alza de precio
En la década de los años veinte del siglo XVII el precio del tulipán comenzó a crecer a gran velocidad. Se conservan registros de ventas absurdas: lujosas mansiones a cambio de un sólo bulbo, o flores vendidas a cambio del salario de quince años de un artesano bien pagado.
Final de la burbuja
El 5 de febrero de 1637, un lote de 1,000,000 de tulipanes de gran rareza se vendió por 90,000 florines: fue la última gran venta de tulipanes. Al día siguiente se puso a la venta un lote de medio kilo por 1,250 florines sin encontrarse comprador. Entonces la burbuja estalló. Los precios comenzaron a caer en picado y no hubo manera de recuperar la inversión: todo el mundo vendía y nadie compraba. Se habían comprometido enormes deudas para comprar flores que ahora no valían nada. Las bancarrotas se sucedieron y golpearon a todas las clases sociales. La falta de garantías de ese curioso mercado financiero, la imposibilidad de hacer frente a los contratos y el pánico llevaron a la economía neerlandesa a la quiebra.